domingo, 29 de julio de 2012

Mi ego es mi deseo.

Suéñame.
Búscame.
Encuentrame.
Cógeme.
Llévame.
                            Solo a mi.
Tócame.                                             Solo conmigo.
Abrázame.
Bésame.
Acaríciame.
Sonrieme.
Deseame.


Inspiración, al cerrar los ojos.


domingo, 22 de julio de 2012

Recuerdame.

Y aquí estamos, brillando como siempre hemos hecho. Tú  y yo. Si, ¿recuerdas? Brillabas, y lo sigues haciendo. Tú, situada en el rincón de una pequeña sala, sonriendo. Esa sonrisa tan dulce que iluminaba cada rincón de habitación, cada soledad en cualquier corazón.
Desde que naciste tu dulzura y alegría te acompañaban siempre. Eras de esas pequeñas que se hacen querer, dando amor a todo el que te sonriera. Así seguías con el paso de los tiempos.Tú y tu sonrisa. Los años pasaban y tú ibas creciendo. Tan guapa como siempre. Querida por todos, odiada por muchas. Envidia y falsedad te acompañaban en tu adolescencia. Tú no eras así, tú querías amigas de verdad, amigos a los que querer.Insultos te decían alguna que otra chica solo por ir más arreglada o tener un nuevo peinado.Pero en cambio rosas recibías de algún que otro admirador y tú con tu sonrisa se lo agradecías. Eras tan fácil de alegrar pero tan difícil de conquistar que hacías más divertido el juego. Tú adolescencia pasaba, te hacías mayor. Eras joven, querías divertirte. Cada noche a las 12 salías a bailar con tus amigos, aquellos que echaste en la Universidad. Con una hora de antelación te ibas preparando, cogías aquel neceser azul que te regaló tu abuela al cumplir los 16 y comenzabas a darte algún que otro retoque en la cara. Cuando estabas perfecta, cogías el peine y te peinabas cuidadosamente tu melena rubia.Algún que otro tirabuzón tenías. Y después te ponías el vestido elegido por ti y aconsejado por tu madre. Una mirada en el espejo y lista a tiempo. Ningún fallo. Besabas a tus padres antes de irte , un pequeño guiño a tu hermano pequeño y te montabas en el coche de tu amiga. Te divertías todas las noches, bailabas y bebías, algo que tu madre te decía que no hicieras pero eras joven y todos lo hacían. Cada noche la misma rutina.Mientras pasaban los años tu seguías igual hasta que te fuiste de casa.Te independizaste. Dejaste atrás tu niñez pero no tu juventud. Te gustaba divertirte, pero a veces te pasabas de la raya. Mientras que por las noches te ahogabas en el alcohol, por la mañana despertabas en camas diferentes con hombres diferentes. Y con esto se daban más vicios peores.Los amigos de la Universidad se fueron alejando de ti, alguna amiga verdadera seguía contigo y te aconsejaba de que pararás antes de que fuera peor. Tú afirmabas pero pasabas. Eras joven querías divertirte pero esa no es la manera adecuada para divertirse, lo sabías pero no eras capaz de parar. Y fue cuando un día perdida entre el humo de tu habitación, al lado de botellas vacías te miraste al espejo. Y no viste a la dulce chica que habías sido, eras más delgada pero escuálida. No estabas bella como siempre. Querías  parar y lo hiciste. Pediste ayuda, renunciaste a esa vida y lo conseguiste. Después de años luchando lo conseguiste y eso te hizo más fuerte, amiga. Empezaste de cero, con una sonrisa en la boca. Con esa sonrisa que mantienes ahora. Mírate fuiste luchadora y ganado.
Y ahora sigues aquí, tan guapa como siempre. En tu rostro se pueden ver rasgos de la edad pero tranquila, te favorecen.Mantienes tu sonrisa pero tu mirada está al infinito. No sé a donde miras. Llevas así mucho tiempo. Encerrada en esta habitación con una sola ventana y una pequeña televisión la cual nunca ves. Pero no estás sola, te vienen a ver. Gente a la que conoces pero no recuerdas. Amigos, conocidos, enfermeros. Tu marido. Aquel hombre que te hizo feliz, al que conociste un día en una pequeña tienda de libros. Te hizo reír y te pudo conquistar. Con el que decidiste asentar la cabeza y formar una familia. El que te hizo feliz y lo sigue haciendo. Se sienta a tu lado todas las tardes y te agarra de la mano. Tú le miras sonriendo, escuchando atenta lo que te cuenta pero lamentablemente no le recuerdas. Crees que le conociste el primer día que entraste aquí, que es un conocido. Escuchas que sus hijas están bien y que sus nietos ya se hacen grandes y sanos. Manteniendo tu sonrisa. Cuando llega la noche se va despidiéndose siempre con un ''Nos vemos mañana querida.'' y tú asientes con la cabeza, volviéndote a meter en el infinito.
Llevas así pocos años, no te curarás. Lo sabes, lo saben.Pero eres feliz y eso es lo que importa. Espero que llegue el día que me recuerdes. Quiero volver a vivir contigo, llorar y sonreír contigo pero creo que será imposible. Maldita enfermedad... Me fuiste perdiendo poco a poco pero sé que sigo en tu corazón como siguen los que te quieren. 


Atentamente:
Tus recuerdos.

viernes, 6 de julio de 2012

16.# Me acordé de ti.


Te enamoras, te desamoras. Te enamoras, te desamora. Te enamoras, te desamoras…
Vueltas y vueltas al mismo recorrido. Siempre experimentando lo mismo.


-Pero enserio tío,¿qué has visto en ella? Si es que por más que la miro no tiene nada provocador. –Decía un chico de unos veinticuatro años mirando la foto que tenía en la mano. 
-Creo…creo que será eso. Es que… agh.- El chico de al lado le mira sonriendo. Siempre igual, él nunca sabe jugar. Siempre termina cogiéndolas cariño.
-Pero a ver, centrémonos. ¿Cómo la conociste? –Le dice poniéndole la mano en su espalda.
-Pues… fue casualmente. Creo que fue el destino ¿sabes?
-¿Otra vez con eso? Enserio tío, tienes que dejar de pensar que todo es el destino porque si es cosa del destino yo ya estaría casado y con tres hijos. –Decía riéndose. 
 -Agh gilipollas.- Le contestó sonriendo.
- Bueno, bueno. Pero… que tiene ¿novio o algo?
-Si… eso es lo peor. 
- Pues ya está olvídate de ella. Listo.
- Dios Robert no se puede hablar contigo sobre temas de estos ¿eh? No todo el mundo es como tú, que va de flor en flor. 
-¿Perdona? Te recuerdo que tú también hacías lo mismo hace unos años. 
-Exacto, unos años. Pero ya he asentado la cabeza y es hora de que tú también la asientes ¿no crees? 
-Por favor mírame… Soy guapo, alto, tengo un cuerpo que lo flipas. ¿Me ves con pinta de ser solo de una mujer? –Suelta una pequeña carcajada mirando a una camarera del restaurante en el que estaban.- No me hagas reír Steven.-Se vuelve a girar a su amigo acercándole a él- Somos jóvenes, tío. Tenemos que vivir lo que nos queda de vida. Porque no creo que a los cuarenta o cincuenta ligues mucho. –Sonríe mirándole y devolviéndole la foto.- Bueno si me disculpas esa bella camarera me espera. –Se coloca el pelo mirándose en el servilletero y se levanta.
-Bueno ya que me has ayudado tanto amigo mío. Pagas tu ¿vale? –Dijo Steven sonriendo de una manera irónica.
- ¿Si pago yo me dejarás tu coche por si la consigo?- Dijo manteniendo la sonrisa. 
- Vale. 
-Guay. Nos vemos amigo y suerte con tus rayadas. – Le contestó despidiéndose con la mano, mientras se acercaba a la camarera que no le había  parado  de mirar desde que llegaron.
Steven miraba como se alejaba arrepintiéndose de habérselo contado. ‘’Perdida de tiempo’’ Total, ¿qué le podía aconsejar un tío que le da miedo comprometerse con alguien? 
-Bah. – Sacó la foto de Emily y la miró. -¿Por qué de ti? De todas las chicas que he estado y puedo estar. Me encapriche contigo.-Suspira poniéndose las manos en la cara- Soy subnormal.-Se apartó las manos de la cara y miró por la ventana con una pequeña sonrisa. No sabía porque sonreía, supone que sería porque le parecía divertida la situación. Debía reconocer que él nunca se había encaprichado tanto por alguien ¿sería amor? 
-¡Steven! –Le llamó Robert cerca de la puerta de salida. Steven se giró y le miró. –Nos vemos.- Levantó el dedo pulgar sonriendo y salió del restaurante agarrando a la camarera por la cintura. 
- Nunca cambiará… -Dijo en voz baja. Él era así, atrevido, sin miedo a nada. Le encantaban las mujeres y su lema era ‘’Forever Young’’ desde que escuchó la canción de Alphaville no paraba de decir que era muy joven, que tenía que disfrutar de todo, de cada segundo de su vida y por supuesto de su aspecto. No ha conocido nunca ha nadie tan superficial como él pero era como su hermano y le quería. Siempre estuvo a su lado, se juraron amistad cuando eran pequeños y ahí seguía, a su lado, haciendo bulto pero a su lado y eso es lo que cuenta. En cambio él era todo lo contrario. Si, era guapo muy guapo si quisiera podría conseguir miles de mujeres, pero ese era el problema. Él no quería, solo quería a una y quería alguien especial por eso hace unos años paró de buscarla entre las sábanas y empezó a esperar hasta que el destino la encontrase con la ideal, es decir, ella.

¿Quién eres, Emily?

¿Quien soy? Soy tú, soy un sueño, soy una ilusión. Una opinión perdida entre las miles de opiniones del mundo. Un libro sin autor, un rincón lleno de esperanza, un secreto disuelto por el viento. Soy Emily, una chica sin nombre.
Lejos de Emily y de sus pensamientos.Lejos de su pequeña historia me quiero presentar, de una manera un tanto especial. Sin nombre, ni foto, ni datos.
En este rincón ,en cada historia, en cada pensamiento me presento como Emily. ¿Por qué? Porque mis pensamientos quiero que se mantengan en silencio, en incógnita, de forma anónima. Solo quiero que leáis y me imaginéis con vuestra querida imaginación. Aquella que todos tenemos, unos olvidada y otros bien desarrollada. Porque esta sociedad se ha vuelto un poco superficial que digamos, juzgan mas bien al que escribe que lo que escribe y a mi eso no me gusta. Me gusta que comentéis lo que escribo. No porque sea tu amiga, tu vecina,tu conocida o quien sabe tu enemiga, solo comentad porque queréis dar vuestra opinión.Una opinión negativa o positiva, lo que queráis. Ya que cada persona piensa, opina y actúa de manera diferente y eso es lo que nos identifica del resto.Eso es lo que me gusta.
Si me tendría que definir no diría lo típico de : ¿Conocéis a la chica que es guapa, que está segura de si misma y es popular? pues yo soy la de al lado. No. Yo no soy ni la chica principal, ni la de al lado, ni la de atrás.Yo soy ¿yo? Aquella que entre algunos destaca y que entre otros ni se ve. Como todos, ya que todo el mundo destaca en algo o se le da bien algo. Aquella que aveces está segura y otras no. Aquella que solo se limita a vivir lo que le ha tocado. Como todos.
También soy de las que con un poco de música se anima o se deprime, dependiendo de la situación. Me derrumbo con facilidad pero la sonrisa nunca la pierdo. Eso es malo, lo sé. Porque finjo, para no preocupar a los demás pero la que acaba sufriendo soy yo. Por eso cuando tengo problemas o rayadas mentales me meto aquí.
Debajo del cielo para desahogarme y poco a poco me siento ¿bien? Menos mierda sobre mi espalda. Pero no solo utilizo este rincón para desahogarme, también poco a poco empecé a contar una pequeña historia. No está basada en hechos reales, ojalá. Ojalá alguien viniera como un príncipe azul a por mi, pero con moto roja. ¿A quién no le gustaría vivir una historia así? Al menos a mi me gustaría.Pero algunos os preguntaréis que como empecé con esto. Como me dio por crear a Emily, Simón, Mickel y a muchos más que irán surgiendo. Pues una tarde de verano, harta de que mis sueños y mi imaginación se quedarán en mi mente, me atreví a publicarlos, por diversión. Pero por lo que he visto poco a poco han ido teniendo seguidores, lectores y mis ganas de escribir fueron aumentando. Gracias a vosotros. Por eso quería deciros gracias. Gracias por leer cada capítulo que saco, cada rayada de mi cabeza, cada sueño que tengo. Gracias por sacarme una sonrisa, porque lo tengo que reconocer, me alegráis cuando sé que me leéis, cuando opináis, cuando os pasáis por aquí. Me hacéis feliz.
Debo de decir que cada uno que entra en este pequeño rincón al que puedo llamar con alegría mi rincón, se mete en mi mente, en cada pensamiento que tengo, en cada sentimiento.Poco a poco sin verme, sin tocarme, sin oírme me conocéis. Y os aseguro que nunca me he alegrado tanto de tener a tantos inquilinos en mi cabeza.
Así que gracias.