Querida carta a esa amistad, como siempre volvió a pasar.
Te abrí mi corazón y mi vida e incluso te dejé entrar en mis sueños y pesadillas. Sin embargo, como siempre me clavé el puñal yo sola. Maldita insensata, pensé que esta vez sería diferente.
¿Cómo pudiste hacerme esto? Cómo pudiste tirarme sin ninguna palabra, desaparecer sin más.
Desapareciste dejando todo lo que nos rodeaba sin color, sin vida, lleno de odio. Por lo que odio solo siento cada vez que oigo tu nombre.
Ya solo me queda despedirme de ti, decirte adiós y borrarte de mi vida como un tachón más. Pues eso es lo que eres, un tachón debido a un error.