martes, 2 de abril de 2013

34.#Me acordé de ti

¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Qué pensar? ¿A dónde mirar? 

Lee el mensaje miles de veces, no sabe qué hacer, ni qué decidir. Está sorprendida.
Dos invitaciones a distintos lugares pero los dos a la misma hora ¿Coincidencia? no lo creo. La lucha que se declararon ya había comenzado y los dos tenían prisa.Dependiendo de su decisión elegiría al ganador, es decir aquel que tenía la oportunidad de conquistarla mientras que el otro se alejaba de su camino.
Invitación a ser suya, a pasar un rato que dependiendo de su elección elegiría al ganador.
Fácil para ellos pero difícil para Emily. Su futuro lo tenía en sus manos, ya no había vuelta atrás. Pero su pregunta era: ¿Con quién quería pasar ese futuro? ¿A quién le daba su oportunidad?
Su mente estaba confusa, no sabía que hacer así que sin pensárselo cogió abrigo y paraguas y se fue a donde le llevaban sus pies. ¿Para qué comerse continuamente la cabeza? Ya lo decidiría por el camino...
Y si se arrepiente de su elección ya habrá alguna salida por la mitad del camino.

Las gotas de lluvia se resbalaban por su paraguas mientras sus pies caminaban sin dirección fija hasta que el cerebro decidiera entre la cafetería o en la puerta de la tienda de música donde se conocieron. Los dos lugares a dos semáforos de distancia. 
Su cerebro no pensaba, o ella no quería que pensara. No quería decidir. ''¿Por qué hay que decir tanto en esta vida? '' Siguió andando hasta el final de la calle y una vez allí se paró, agachó la mirada y suspiró. 
Por una vez tenía que ser sincera consigo mismo, por una vez tenía que dejar de pensar en los demás y pensar en lo que ella quería.

¿Qué quieres Emily? ¿Qué futuro quieres? ¿Dónde deseas estar? 

Primer semáforo y con conciencia dejó atrás a Steven. Dejó la perfección a un lado.Ella no se lo merece,  no se merece alguien tan perfecto o no quiere alguien tan perfecto. No la faltaría atención pero... no le mira con los mismo ojos con que él la mira.
Pero por unos segundos sus pies empezaron a andar cada vez más rápido, sin llegar a correr. Huía de él. Estaba allí, en la puerta de la tienda ,con una rosa en mano y esperándola. No era capaz de acercarse, no soportaría volver a hacerle lo mismo que aquel día.    
''Mejor no mirar atrás. ''
Retomó el paso, alejándose de Steven y acercándose más al que le esperaba sentado en una de las mesas con dos cafés. 
La lluvia cada vez era más fuerte. Los charcos producían lagos en medio de la calle y podía verse reflejada en ellos.  No tenía ninguna expresión, no sabía como sentirse.
Mickel la había hecho feliz, mientras que ella solo le hacía daño. Cuando todo se derrumbaba estaba siempre él aunque ella no le quisiera ver y a pesar de todo volvió. A pesar de como le trató, de como se largó sin decir nada, él se quedó. ¿A caso no se lo merece? Pero si se hacía esa pregunta también tendía que pensar en Steven. él también se lo merece ¿no?
Su cabeza la estaba liando, ya no sabía ni que era lo correcto. Parada en medio de la calle, mirando el reflejo del charco apareció una rosa. A su lado estaba Steven.
-Me rindo. -Susurró por lo bajo.- Ni si quiera sé porque acepté esta estupidez. - Prosiguió mientras se marchaba.Las gotas de lluvias rompían el silencio y junto a ellas su voz.
-Pienso... pienso que actuáis de manera egoísta  -Susurró Emily sin levantar la mirada,estaba apunto de llorar. Steven se paró en seco y sonrió de manera irónica.
- Si tomo una decisión saldréis lastimados alguno de los dos... de nuevo. ¿Por qué todos me hacéis esto? ¿Por qué me ponéis contra la espada y la pared? -Prosiguió llorando en vano. Steven siguió hacia delante sin querer escucharla. Ya no quería más,ya no aguantaba más. 

Pasó una hora sin parar de llover. La rosa seguía en el charco y Mickel se había ido de la cafetería ante la mirada de Emily que estaba sentada con su paraguas en un banco del parque. Solo le estaba observando,viendo sus expresiones cada vez que miraba al reloj ya que no era capaz de aparecer.
Aunque empezara a oscurecer ella seguía ahí, mirando al infinito y peleándose con su mente. Hasta que... 

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