lunes, 18 de marzo de 2013

Al habla Emily.

''Perdonen por haber tardado tanto en aparecer. Época de exámenes, líos personales... pero me pondré las pilas. Gracias a todos por leerme y por hacer un hueco en sus vidas para prestarme atención. Muy agradecida, como siempre. <3 '' 

Atte:Emily.

33.# Me acordé de ti.

-¿Cuándo se supone que te irás?
- Pues.. en dos meses supongo.
- ¿Y no puedes cambiar de idea? ¿Ni si quiera antes de que pasen esos dos meses?
- No creo,Laura. Ya lo tengo decidido, no puedo desperdiciar de nuevo otra oportunidad.
- ¡Pero podríamos hablar con Steven! Él te dijo que tenía otro contrato.
- Si claro... después de evitarlo, de no coger sus llamadas, le voy a llamar para que me de un contrato ¿no?
-Hombre...
- Que no Laura, que lo olvides. Me voy a ir, pase lo que pase.

Cada lágrima que derrama es una cicatriz más en mi piel.

-Yo voy a luchar por ella, me da igual lo que digan,lo que piensen ¡Ella será mía!
-¿Y cómo lo harás? Tienes dos contrincantes ¿no? Y los dos ya se la han tirado excepto tú. 
-Por eso mismo! Los dos la han defraudado y ya es adulta, supongo que no querrá volver otra vez a esas cosas. Querrá cambiar y yo soy totalmente diferente a ellos. Bueno que Mickel ya que al otro no lo conozco...
-¿Y si vuelve con el otro?
-¿Qué otro? ¡Hay dos!
-Con el melenas no, con el de 16 años. A lo mejor quiere volver con él, quiere volver a sus tiempos. 
A lo mejor siempre ha querido volver al pasado.
-No creo... ¿Quién va a querer retroceder en el tiempo? -Su amigo levantó los dos hombros, pasando la página de su periódico,mientras que Steven... Steven siguió pensando en cómo avanzar.

Sabes que lo has perdido todo cuando se te quitan las ganas de vivir, las ganas de sonreír, las ganas de esperar.

Todas las camisas ordenadas a la perfección, las chaquetas en sus respectivas perchas y las lentes de su cámara en su bolsa. Todo estaba listo, solo había que esperar hasta el día de su partida.
Revisa todo el tiempo el mismo mensaje, desde el inicio hasta el fin.Ya se ha aprendido de memoria cada palabra, cada coma y cada punto.Ya se conoce su final, pero aun así lo sigue leyendo. Es lo más cerca que la tendrá a partir de ahora. 
La vida nos hace tomar caminos diferentes, la vida nos hace despedirnos de aquellos que en un principio pensábamos que no iban a desaparecer. La vida es jodida. 
En su borrador está su respuesta.Respuesta para ese mensaje,el cual nunca la tendrá. No quiere remover el pasado ni el presente, ya la dijo adiós ese día, ya se acabó todo ahí. ''Mejor no avanzar''. 
El destino juega con nosotros porque sino la vida sería aburrida.
''Ya te encontré dos veces. La primera te quedaste a mi lado y la segunda... La segunda solamente pasaste para saludar pero aun así, gracias. ''

No renunciaré a lo que una vez me hizo sonreír. Nunca renunciaré.

-No soy un perdedor, nunca lo fui y no lo seré ahora. Sé que no fui gran compañero, sé que no fui gran amigo pero puedo cambiar. Sé que cambiaré, me has hecho feliz y quiero hacerte yo ahora feliz. No dejaré que vuelvas a llorar, no dejaré que vuelvas a alejarte de mi. Todo estaba bien cuando nos volvimos a ver, todo era perfecto... ¿Por qué tuvieron que aparecer? 
Me dijiste que me querías, me dijiste con tu sonrisa que eras feliz. ¿Por qué cambias repentinamente? 
Solo... quédate conmigo. Solo unos minutos más.

sábado, 9 de marzo de 2013

Respondeme algún día.

Y dime: 
¿Por qué tengo que actuar como tú quieres?
¿Por qué no te das cuenta de lo que siento?
¿Qué ocurre con mi forma de pensar?
¿Y con mi forma de observar?
¿Qué importa mi futuro?
¿Qué importa mi pasado?
¿Por qué tengo que explicar mi forma de actuar? ¿Por qué no lo dejas pasar?
¿Por qué tengo que estar loca?
¿Cuál es la razón para mentirme? 
¿Qué tienen los demás para dejarme atrás? 
¿Qué te molesto? No me saludes.
¿Qué hice mal? ¿Qué hice bien?
¿Por qué motivo te alejas de mi?
¿Por qué no puedo preguntarte para recibir mis respuestas? 

viernes, 8 de marzo de 2013

No todo lo que se ve es cierto.

Cuántas veces he fingido una sonrisa. Cuántas veces he dicho palabras que de verdad no sentía.
No todo lo que parece es cierto.
Hace tiempo me dejaste claro que todo acabó, que todo era diferente. 
Me cortaste las alas para volver a la Tierra pero el golpe fue demasiado fuerte y me dejó huellas.

Todo empezó ese día... Desde siempre me has dejado claro que yo he tenido la culpa, que yo he sido la que me he alejado de ti. Yo siempre callo ¿para qué discutir eso? Aunque sea mentira.
¿Cuántas veces me marginaste? ¿Cuántas veces me apartaste de todos? Pensaba que eramos grandes juntos. Pero no...
¿Te acuerdas ese día que te ibas alejando de mi? ¿Te acuerdas esos días que yo volví a darte mi mano a pesar de todo el dolor causado? Pero eso nadie lo quiere ver, tú no. 
Ahora me haces lo mismo... Desde siempre te has tomado a competición todo aunque yo no concursara. ¿Y ahora quieres ser yo? Todo lo que hago, tú poco a poco estás haciendo lo mismo.Me resulta incomodo ya que cuando yo hacía cada cosa tú te reías de mi.
¿Sabes cuántas veces he llorado escondida entre las sábanas por las cosas que me decíais?
Y todo eso porque yo he luchado por lo que quería y lo conseguí... ¿Es que ahora los sueños que se cumplen deben ser criticados?¿Cada insulto por la espalda, cada habladuría de mi te hace más importante?

¿Sabes cómo me puedo llegar a sentir cuando la sonrisa de él se dirige a ti? ¿Sabes cómo se siente una persona al descubrir que él puede llegar a querer más a alguien desconocido que a su propia sangre? 


''Qué tiene que no tenga yo.'' 
''¿Por qué preguntas siempre por ella? ''
'' ¿Por qué te quisiste alejar de nosotras? ''

Nunca te entenderé, nunca te miraré igual, nunca...
Si tu supieras lo que tuvimos que aguantar, lo que tuvimos que tragar, lo que quise decirle ese día y no pude.

Y no, no hablo del amor. No es una entrada de meditar,ni de una historia.Es una entrada de explotar. Una confesión que se quedará en este rincón porque me pesa por dentro.
No todo lo que digo es una historia, no todo lo que pienso es una locura. En cada historia que creo, en cada capítulo hay algo real. 
Tampoco todo lo que digo tiene que ser de broma, ni cada sonrisa debe ser cierta. Yo bromeo con lo real para no llamar la atención.Para no recibir atención. 
Insensible me llamaban. ¿Por qué? Por intentar sacar sonrisas a mi madre cuando todo el mundo estaba mal. Porque ella no merece llorar, ella no.
Borde por tratar de manera diferente a la gente que se lo merecía, a la gente que me hizo daño. 
Nadie sabe lo que he aguantado todo este tiempo, nadie sabe cuantas veces he sufrido. A punto de rozar el cielo con la punta de mis dedos pude darme cuenta que no todo el mundo es verdadero, que no todo el mundo te dará la mano cuando estás sola. 

Emily existe. Emily es otro bulto situada en un lugar concreto, que piensa en voz baja y grita mediante silencios. Emily solo quiere escaparse y cumplir su único sueño. Emily solo cuenta su historia en este lugar porque nadie la quiere escuchar, porque nadie merece que la escuchen. Emily sale con el alba. 
Emily en realidad... cuenta sus sentimientos introducidos en un verso, cuenta su historia incrustada en cada letra. Emily es...

Con esto no quiero decir que todo sea cierto. En realidad no creo tampoco en las casualidades, creo en el destino, creo que cada cosa que pasa tiene una razón. 

Desde que nacemos todos tenemos un camino y ese camino no cambia a lo largo de nuestra vida, sino nosotros. 



Je ferme les yeux et j'imagine que vous êtes à côté de moi

lunes, 4 de marzo de 2013

No te dejes engañar.


Después de esquivar miles de obstáculos llegas a la mitad del camino, al enfrentamiento con tus problemas. Problemas que te hacen elegir dos caminos: el largo y el corto. El correcto y el incorrecto. A tu vista los dos parecen iguales, piensas que el resultado será el mismo, así que tu mente te dice que es mejor ir por el corto ya que tardarás menos, podrás escapar antes de tus problemas. Por lo que decides avanzar por el corto sin saber que te llevará a la destrucción, al aumento de tus problemas, al descontrol de tu vida, al adiós final. A la drogadicción.

-La verdad, si pudiera volver atrás cambiaría de opinión. En esos momentos no sabía lo que hacía, solo quería tranquilizarme, escapar... Tengo que reconocer que cuando caí, en mi mente apareció una sola pregunta: “Y ¿por qué no haber cogido otro camino?”

Me llamo Sara y a punto de cumplir los diecisiete años mi vida ha dado un giro de 180º, en todos los sentidos.

En los últimos años todo iba bien, todo era normal o eso era lo que quería creer. En el instituto estaba todo normal, mis notas son normales. Algún bien y esas cosas pero nada malo. Mientras que en casa… en casa las discusiones estaban presentes, como en todas las familias ¿no? Eso quería creer.

Te lo digo a ti por si me escuchas, si estás interesado te contaré mi historia. Nuestra historia.

Me levantaba de la cama un día más, ya no sabía qué día era, todos eran iguales. Me miraba al espejo y en mi mente solo sonaba la estúpida vocecita con la misma frase. “Otra vez la misma mierda de siempre” Una ya estaba harta de todo, entiéndeme. Los problemas cada día iban aumentando pero yo sonreía siempre sonreía. Después de quedarme un buen rato sentada en la cama, bajaba sin prisas. Sabía que no iba a haber nadie en casa, mis padres ya estarían trabajando. Así que cada mañana desayunaba sola. Siempre sola pero no importa. El caso es que era así todos los días. Iba al instituto y pasaba la mañana. La mañana fingiendo, era todo mentira y me di cuenta hace tiempo pero siempre callaba. Supongo que ese fue el primer motivo: Estaba harta de fingir.

Con el paso de los días los nervios iban aumentando, la desesperación, la rabia. Todo. Y quise ponerle un fin. ¿Cómo? De la peor manera que se me vino a la cabeza...

Sin pensarlo un día llegué del colegio y tan harta que estaba me empecé a tomar tranquilizantes, esos que siempre veía tomar a mi madre. Pensaba que no pasaría nada. Y eso fue justo lo que no pasó.

Cada día me iba viciando más a eso, a tomar y a tomar. Se convirtió en una necesidad que poco a poco se iba quedando pequeña. Así que pedí más, busqué ayuda donde no tenía que buscar.

Porros, cocaína… poco a poco fueron siendo mis “amigos’’ Me encerraba en mi habitación cuando venía de clases y ponía la música a tope. Y empezaba a salir de mí, me llevaba más allá… era… era un infierno. Pero me hice adicta a ellas.

Creo que todo el mundo se daba cuenta de lo que estaba haciendo, excepto yo, y aunque cada día mis padres estaban más tiempo en casa, preguntándome con cara de preocupación siempre salían palabras ofensivas hacia ellos. Cada vez que iba a clase la gente me miraba y evitaba acercarse a mí, aquellos que habían sido mis amigos desde siempre los fui cambiando por otros con los que no debí juntarme.

Cada sábado frecuentaba aquellos lugares a lo que antes no me acercaba. Y puesta de nuevo con las pastillas empecé a ir al botellón, con aquellos que disfrutaban de manera diferente. Todos los fines de semana, alcohol y drogas. Solo nos faltaba el rock and roll.

¿Cómo pude llegar hasta ahí?

No me daba cuenta de nada y cuando mi mente se daba cuenta yo la volvía a drogar y se despejaba sola. Hasta que llegó ese día… Como cada sábado iba al botellón pero ese sábado me encontré con alguien al que agradezco que me hubiera encontrado.

-¿Qué haces tú aquí?

Me preguntó una voz que venía de detrás de mí. Yo estaba tirada en el suelo como siempre, echa mierda. Cuando mis ojos repararon en él no caía quién era. Sus ojos estaban rojos y llevaba en las manos un vaso de alcohol y un porro en la otra. Era mi amigo de primaria, cuando pasamos al instituto nuestras vidas se separaron y ninguno sabíamos del otro. Quién diría que nos encontraríamos aquí y así.

-¿Desde cuándo estás con esto? Pensaba que eras más lista. – Me dijo tirando el porro al suelo para ofrecerme su mano para levantarme.

- ¿Y tú? Que yo sepa no soy la única que está con los ojos rojos y sin saber qué día es hoy. – Al escuchar mi contestación y al ver que no cogía su mano, se sentó en el suelo a mi lado con una sonrisa.

- Las cosas cambian con el tiempo y las personas con ellas. Tomamos caminos equivocados. ¿Verdad? – Decía mientras me miraba. Yo no era capaz de mirarle a la cara. Así no.

-Si sabes que es tu camino equivocado ¿por qué lo tomaste? ¿Y por qué no sales?

-Equivocadas relaciones y poca fuerza de voluntad para salir de él. ¿Te vale?

El silencio se apoderó de nosotros en ese momento y en lo que quedaba de noche. Supongo que cada uno tendría sus historias, sus razones y sus debilidades. Pero los dos sabíamos que por muchas debilidades, razones e historias no teníamos que haber hecho lo que hicimos, tomar lo que tomamos y rendirnos como nos rendimos. Por eso, empezamos a apoyarnos.

A partir de ese día empezamos a hablar de nuevo, a retomar la amistad que perdimos después de ese verano. Ninguno hablábamos de nuestras razones por la que hacíamos eso, ninguno en ese momento dejó de hacerlo. Yo intentaba no hacer el vicio más fuerte, aguantarme las ganas. Era imposible. Hasta ese día.

- Todo empezó aquel día, era nuevo en el instituto y para hacer amigos me invitaron a una fiesta. Yo acepté, claro está y fui sin saber lo que ocurriría. Una vez en la fiesta nadie se acercaba a mi lado, estaba sentado en un sofá viendo como bebían. No sabía que pintaba allí, cuando tenía la intención de irme un chico se me acercó. Me dijo que si quería, yo no sabía lo que me estaba diciendo pero él no paraba de insistir así que le dije que si, sin saber a lo que había dicho que si. Entonces fue cuando se sacó un porro del bolsillo y me miraba con una sonrisa. Me decía que esto no hacía nada, que me lo pasaría mejor; así que lo acepté.
Situaciones estúpidas llevan a decisiones estúpidas.

Desde ese día empecé en ese mundo. Iba a fiestas en donde nunca debían faltar el alcohol y las drogas, cada día un porro, diversión máxima. Me había convertido en lo que yo antes odiaba.

Tanto llegó mi adicción hacia ellas que empecé a cambiar. Cambié psicológicamente y físicamente. Mi cuerpo era un desastre, cada día más delgado, cada día con más ojeras y cada día con más ira. No me controlaba, no era capaz. Y en ese momento mi cuerpo dijo “BASTA’’.

Caí rendido al suelo, mi cuerpo temblaba y se me fue la vista. Tenía miedo, demasiado miedo. No sabía qué hacer, no podía hacer nada y en mi mente solo se me vino una pregunta a la cabeza “Y, ¿por qué no haber tomado otro camino?’’


 “Y, ¿por qué no haber pedido ayuda?”

 “Y, ¿por qué no haber pensado?”

“Y ¿por qué no simplemente haber dicho que no?”

- Desde ese día todo acabó. Me enteré de que le habían ingresado por sobredosis, en ese momento mi corazón se sobresaltó. Eso mismo me podía pasar a mí, eso mismo le puede pasar a cualquiera. Desde entonces pedimos ayuda los dos, a aquellos que antes habíamos alejado, a aquellos que habíamos dejado atrás. Pedimos ayuda, ayuda para así poder escapar de esa pesadilla que habíamos vivido.

¿Y por qué? Por haber jugado con fuego y no habernos quemado desde un principio.