miércoles, 29 de febrero de 2012

Mon petite amour.




Je viens du ciel et les ètoiles entre elles ne parlen que de toi,
et d'un musicien qui fait jouer ses mains,sur un morceau de bois.
De leur amour plus bleu que le ciel autour

Deseas, esperas y desesperas.

Te sientas en un lugar de alguna habitación esperando a que tus sueños se cumplan pero muchas veces los seres humanos solo nos limitamos a soñar y no a vivir. Vivir lo que deseamos, lo que soñamos cada noche al cerrar los ojos pero ¿por qué solo soñar? Muchas veces la mayoría de las personas se limitan a ser observadoras en este mundo, solo ver a través de sus ojos lo que ocurre su alrededor: guerras, destrucción, hambre… Y nadie hace nada, solo observar, pero muchas veces la observación cambia depende de tu estado de animo ,supongo, porque hay que reconocer que cuando alguien está feliz, enamorado etc ve el mundo diferente. ¿Por qué? Porque una de las características del ser humano es el egoísmo que recorre por su cuerpo, ya que solo mira por él y por los que le importa. Caparazón en su corazón que por muchos bombardeos que se produzcan nunca será destruido. 
Dejemos de soñar, dejemos de observar y comencemos a vivir, a ayudar.


lunes, 27 de febrero de 2012

5#. Me acordé de ti

Recuerdo como nos dijimos adiós, como todos nuestros sueños se los llevó el viento como si fuera un avión de papel impulsado por la suave brisa del mar. Todo se esfumó por una única razón: Maldad.
Hace un par de años en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad.
‘’Emily Hadson: Me mentiste, no paras de mentirme Simón… estoy harta de ti y de todas tus estupideces. Deja de jugar conmigo, olvídame, olvida todo. No existo más para ti.’’
Dos, tres, cuatro veces pasaba la vista por aquel mensaje enviado por ella y siempre con la misma pregunta: ¿Se acabó?
No, no quería que se acabara. No podía ser verdad, sus sueños, sus siempre ¿todo acabado? Una sensación  de angustia le inundó todo el cuerpo, aquella que te impide respirar que te atrapa y no te deja salir. Quería gritar, llorar, coger e ir a por ella y decirla cuanto la amaba, cuanto la necesitaba …Como aquella vez pero se rindió, volvió a mirar el mensaje y cerró el ordenador con la esperanza de que todo fuera un mal sueño y que en unos minutos acabara por despertarse.
En una pequeña empresa situada en el centro de la ciudad.
-Enhorabuena Simón, tu trabajo es magnífico. Has captado la idea, si sigues así puede que llegues muy lejos.-Decía un hombre canoso, un poco echado en años.
-Muchas gracias, espero ser de gran ayuda en la revista. –Decía Simon con una sonrisa. Por fin había conseguido su sueño a partir del lunes trabajaría en aquella revista como fotógrafo, no muy importante pero algo es algo. Quien diría que por una vez los sueños se pueden cumplir, soñar, soñar y luchar para que se cumpla.
Alegre, salió de las oficinas de la revista y se puso a caminar ¿con destino? Hasta que sus pies se cansaran. Caminaba sin parar, con su cámara en mano como siempre y captando cada imagen que le rodeaba, ya que cada cosa que nos rodea esconde siempre una sorpresa, hasta sorpresas que nunca llegarías a imaginar.
Parejas agarradas de la mano, foto. Aves por el horizonte intentando coger impulso con el viento, foto. Paso de peatones en rojo, foto. Y detrás de la lente, encontró su objetivo. Parada en ese paso de peatones, esperando a que se pusiera en verde, se encontraba ella, como siempre su melena roja un poco más corta desde la última vez que la vió, alta y como siempre con aquellas zapatillas azules que le encantaban. No se lo podía creer, se la quedó mirando, quería correr a por ella no quería perderla, pero por alguna razón sus pies no reaccionaban, era como si hubiera pisado un chicle enorme pegado en el suelo. El semáforo se puso en verde y ella cruzó, Simón mirándola quería gritar su nombre, pero su voz no le salía, era como una tortura. Paralizado, aterrado, sin saber que hacer, solo se le ocurrió hacer una cosa. Clic, foto. Y lentamente se alejaba a lo lejos, su único amor que por los nervios perdió pero por algún motivo se alegró, la encontró, y la volverá a encontrar porque como siempre no hay cuento de hadas sin príncipe y princesa.


sábado, 4 de febrero de 2012

4# Me acordé de ti

¿Qué es lo que se puede llegar a sentir cuando estás a 3 metros sobre el cielo? Esa pregunta se la hacia constantemente Emily. ¿Te puedes sentir ligera, feliz o notar las típicas mariposas en el estómago? No sabía, pero desde que leyó aquel libro de Federico Moccia su cabeza no paraba de dar vueltas, una y otra vez. En sí su historia era más bien sacada de un libro o de esas telenovelas que salen siempre en la televisión después de comer. Primero vivió un amor de cuento de hadas, se prometieron un siempre y lamentablemente ese siempre se convirtió en un ‘’hasta nunca’’ se despidió de él, le dolió, como a todo el mundo, le regalas tu corazón a alguien pero cuando menos lo espera lo rompe en miles de pedazos, noche sin dormir, sin comer hasta que llega otro como cura del anterior y ocurre lo mismo, como si fuera un carrusel que nunca tiene fin. Pero el ser humano tan estúpido como siempre no puede vivir sin alguien a su lado, necesita a alguien que le diga lo perfecto que es, lo que vale para su vida, para que le haga sentir bien. Y como siempre Emily estaba en la cola de ese rebaño esperando el amor de su vida, aquel que en una noche especial, bajo las estrellas se arrodille y le pida ser su mujer, que le prometa fidelidad y que siempre será el creador de su sonrisa, que le prometa un siempre de verdad.
En una noche bajo las estrellas, sentada en un banco de aquel parque donde sus recuerdos vuelan como pájaro en libertad se encontraba Emily con guitarra en mano tocando una de sus canciones favoritas aquella que nunca salió de su cabeza You’re beautiful de James Blue, porque quien iba a decir que cuando pasaran unos años ella sería la que tocara a los enamorados que pasaban por aquel parque. En aquel parque donde empezaría su juego del ‘’te necesito a mi lado’’.
‘’Cada vez que estés mal, te sientas sola, me necesites escríbeme te necesito a mi lado y yo dejare todo lo que este haciendo para ir junto a ti aunque este a miles de kilómetros de ti’’ Y sin darse cuenta recorrían por su cara miles de lágrimas.
-Me prometí que no iba a llorar más por ti, no puedo llorar. No te necesito a mi lado ya tengo a Mickel, le amo le amo lo sé- Se susurraba Emily mientras se limpiaba las lágrimas. –Quiero que te vayas de mi cabeza vete Simón, vete.
En otro lado de la ciudad, sentado en su ordenador tecleando sin parar se encontraba un chico con la mirada fija a la pantalla, a su alrededor miles de fotos, paisajes, ciudades , enamorados, el mar y sus inmensa densidad, bonitas, tristes, románticas de todo tipo y todas pegadas en la pared excepto una, una chica, sonriendo, en su mirada se puede ver la felicidad, seguramente se puede estar sintiendo a 3 metros sobre del cielo o incluso a más abraza fuertemente a un chico con otra sonrisa y de las grandes, sus ojos hipnotizantes hacen que la foto te atrape, su felicidad, el cariño que emprende la foto inunda el marco en el que se encuentra, un marco de madera y en una esquina de ese marco se puede observar un pequeño posit ‘’Te necesito a mi lado’’. El chico dejó de escribir, se restregó un poco los ojos del cansancio y cerró el ordenador. Sus ojos verdes se giraron a la pared observando todas las fotos con una sonrisa, un perfecto trabajo quien iba a decir que su verdadera pasión sería la fotografía. Luego se giró al marco y su expresión cambió, sus manos pasaron delicadamente por la cara de la chica y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Te encontraré mi querida Pelirroja…Sé que estoy cerca de ti.
El destino jugó, se divirtió pero como siempre pasa nunca hay un fin en este carrusel. Amores desamores nunca acaban, es tirar el dado y ver lo que te toca, avanzas casilla y el más ingenioso, rápido y delicado gana. ¿El qué? No se sabe bien pero gana.