martes, 23 de octubre de 2012

23.#Me acordé de ti

En la base secreta donde se encuentran todos los sueños.

No se podía creer lo que había pasado exactamente. Ya se lo había dicho, ya le había perdido para siempre. Pero... tarde o temprano le perdería ¿no?
El pitido del móvil no paraba de sonar.Miles de llamadas perdidas, miles de mensajes y ninguno de él. Emily tirada en la cama mirando de lejos al móvil sin realizar ningún movimiento hacia él. Los segundos pasaban hasta convertirse en minutos y sin querer moverse de allí, pensando. Pensando que qué hubiera pasado si no se lo hubiera dicho, si no se lo hubiera encontrado. ¿Sería feliz? Era feliz con Mickel o eso creía pero ¿cuántos días habían pasado sin hablar con él? ¿Tres o dos? Ni una sola llamada ni un solo mensaje. Suponía que esa lucecita de el móvil serían de él, pero no quería hablar con nadie. Todo se le venía encima.
¿Por qué hay que tomar tantas decisiones en la vida?
Y al  fin la lucecita del móvil paró de alumbrar, pero ahora el sonidito provenía del teléfono fijo.
- Asco de aparatos- Refunfuñaba Emily mientras se levantaba para cogerlo. Arrastrando los pies por el suelo se iba acercando sin prisas al teléfono.
- Si dígame. - Dijo al cogerlo.
- ¿Emily? ¿Estás viva? - Decía con un tono preocupado la voz del otro lado.
- ¿Quién es?
- Soy yo, Steven.
- Ah, perdona no te reconocía.
- No importa. ¿Por qué no cogías el móvil? Te he estado llamando todo el rato y al final me he preocupado al ver que no lo cogías.
- Anda que eras tú. Estaba duchándome así que no lo cogí. Lo siento -Miente.
-No importa...Al final vendrás ¿no?
- ¿Iré? ¿A dónde? -Le respondió Emily un poco perdida.
- Pues a nuestra cita- Pensó.
-A nuestra reunión para hablar de lo del contrato.
- ¡Ah sí! Vale ya me acuerdo- Su tono de voz se elevó, entusiasmada. Por fin encontraría trabaja y en algo que de verdad le gustaba. 
- Ay como estás.. y eso que es de tu futuro. 
- Las cosas que se van. 
- Bueno pues dentro de 15 minutos te quiero allí ¿Ok?
-¿Tan pronto?
- Así es la vida de los adultos. Siempre con prisas. Adiós Emily.- Y antes de que le respondiera colgó el teléfono. 
Tiró el teléfono al sofá y enseguida suspiró. Prisas y más prisas. No aguantaba tener el tiempo tan justo para todo, necesitaba libertad. Necesitaba ''volar'' 
Volvió a resoplar y caminó hasta su habitación más animada de lo que salió de ella. En su mente por ese instante había desaparecido Simón y cualquier problema que producía comida de cabeza. 
Se  peino por encima su melena pelirroja y se retoco los labios con un suave brillo de color carmín. Se puso esas zapatillas de la buena suerte color azul, las cuales siempre se ponía para algo importante y por último una camiseta cualquiera que pegará con el resto. Tan Sencilla, tan informal, tan Emily. 
Después de estar lista, cogió su bonobus y salió de casa, dirección: a por sus sueños, ya que alguna vez tendría que ir a por ellos superando cada bache del camino y descubriendo quiénes eran esos baches.



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