Dime: ¿Cómo lo estamos llevando? ¿Cómo te puedo sentir tan pegado a mi?
Separados por un largo hilo rojo y en sus extremos nosotros. Atados a él.
Tú allí y yo aquí.
Yo allí y tú aquí.
Espero tu llegada cada día con más intensidad, cada noche sueño con tu llegada. Tú corriendo hacia mi y yo hacia ti. Darnos ese gran abrazo que doy a mi almohada imaginando que eres tú y esos besos que tiro al aire con la esperanza que tú los cojas. ¿Los has cogido alguna vez? Quiero pasar esos maravillosos días a tu lado, sin soltarte de la mano. Por miedo a que desaparezca, como desaparecimos aquel verano.
Déjame sentirte más cerca.
Al caer la noche, al acabar tu voz silenciada, en mis sueños vuelves a aparecer corriendo hacia mi. Una y otra vez hasta que llega el día y llega nuestro adiós.Pesadillas que atormentan mi alma. Ese adiós que no quiero que llegue pero que llegará. Es doloroso ver como te tenía tan cerca en esos días y como puedes llegar a desaparecer tan rápido. Pero no hablamos de distancia de una calla, un pueblo, una autopista.
Ciento de kilómetros. Dolorosos cientos de kilómetros.
Quédate conmigo.
Tu ausencia cada día se nota más, cada día más. Esa envidia que me recorre por el cuerpo al ver que los demás pueden estar juntos y nosotros no. ¿Por qué? ¿Por qué el caprichoso destino quiso esto?
Abrázame fuerte.
No voy a perder, no vamos a perder. No haremos que ese largo hilo rojo se rompa ¿verdad?
Por eso, solo quédate a mi lado. Aunque tú estés allí y yo aquí.
Poco a poco fui aprendiendo a quererte de una manera diferente. Cada llamada, cada hora hablando contigo me reconforta, llena poco a poco tu ausencia. Cada carta que me mandas es como un abrazo tuyo. Cada te amo...Cada te amo soltado sin que me lo espere es... es un beso, un susurro, una caricia.Un acto que envuelve todo eso.
Dime: ¿Cómo puedo sentir tanto por ti?
Déjame soñar más tiempo contigo.
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