El día antes de navidad.
En un pequeño pueblo donde el frío inundaba todas las calles y solo se oía la brisa del viento. Tumbado en la cama de su habitación, escuchando la canción I can wait forever de Simple Plan en el ordenador se encontraba Simón intentando sacarse a Emily de la cabeza pero no lo conseguía. Los momentos que habían vivido juntos, la distancia podía con él, no aguantaba más quería ir a verla. ‘’Se que la distancia no importa, pero te siento tan lejos y no puedo mentir’’ tarareaba siguiendo la canción Simón mirando por la ventana las calles frías y solitarias, el típico pueblo tranquilo el mejor para relajarse, el que necesitaba su madre, Anna, ya que quería huir del jaleo de la gran ciudad y como buen hijo Simón dejó todo lo que tenía allí amigos, familia y novia por cumplir el sueño de su madre que era ser escritora. Una pequeña historia guardaba en sus documentos en la cual contaba como vivían dos adolescentes su amor después de dejarlo todo por estar juntos, cada tarde a la misma hora se situaba en frente del ordenador con una taza de café recién hecho y una melodía tocada por un piano de fondo y así se sentía inspirada.
Y con un ‘’ puedo esperar para siempre’’ terminó la canción, Simón se levantó, cogió su chaqueta, las llaves de su moto roja y su casco azul.
–¿A dónde se supone que vas a estas horas?- le preguntó su madre mientras se hacía el café para ponerse otro rato a continuar la novela ‘’Buscando tu sonrisa’’.
- A por ella- le respondió fríamente a su madre.- ¿Qué? Es muy tarde además esta muy lejos la ciudad y no tienes billetes, asi que vuelve a tu cuarto y olvida esa tontería- Señalando a la escalera enfadada por esa contestación.
-¿Tontería? Perdona pero yo no soy el que se muda a cientos de kilómetros solo para ser escritora y sin tener experiencia, asi que antes de decir que ir a buscar a la persona que quiero es una tontería piensa en las miles de estupidez que has hecho y en todas te he acompañado.- dijo Simón enfadado, salió a la calle dando un portazo y arrancó la moto. Anna no sabía que decir miró por la ventana como su hijo cogía la moto y desapareció entre los blancos caminos.
-Haya voy Pelirroja… por fin tu ‘’te necesito a mi lado’’ tendrá su fin- decía Simon con una sonrisa de oreja a oreja, por fin la volvería a ver después de tantos meses sin ella, sin su sonrisa, sin abrazarla. Deseando verla sin pensar que había tenido a alguien que la había consolado en sus momentos de tristeza.
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