lunes, 10 de septiembre de 2012

19.# Me acordé de ti.

Hace tres años, en un pequeño parque de la ciudad.

Una vez que destrozas tus sueños, destrozas tu futuro. Así fue como llegué hasta aquí.

Cogió la guitarra y se dispuso a caminar hasta el parque del centro, ahí podía ganar algo de dinero o al menos hacer disfrutar a la gente. Total no tenía nada que hacer, ni trabajo, ni sueños, ni esperanzas. Salió de casa y se puso a caminar, el viento soplaba suavemente, era un día de otoño.Hacía un perfecto tiempo, el día no estaba muy soleado así que no le pegaría mucho en la cara, de lo blanca que era se quemaba con facilidad. Llegó a la parada del autobús, cerca de aquel lugar. No miró hacia la derecha, se lo prometió aquel día que le perdió y así lo hizo.No miró. Después de unos segundos esperando en la parada, llegó el número que esperaba y se montó. Al sentarse suspiró, aunque haya pasado el tiempo sigue en su cabeza, para ella es imposible olvidar lo que le hizo feliz tanto tiempo.
Las calles pasaban y el cielo se iba oscureciendo poco a poco. Emily cruzaba los dedos mirando al cielo para que no lloviera, no quería pasarse otra tarde en su casa sola con sus pensamientos. Lejos ya podía ver el parque, el autobús paró unos metros más adelante así que tuvo que volver hacia atrás andando.
Pero poco a poco empezaron a caer pequeñas gotas y esas pocas gotas se multiplicaron, empezando a caer con fuerza miles de ellas.
-Mierda. - Emily miró a los lados y divisó un pequeño tejadito a unos metros de ella. Salió corriendo, lo más rápido que pudo hasta él. Sus zapatillas azules iban empapadas, saltando cada charco que veía, pero aun así no se libró del chaparrón. Toda su ropa estaba empapada y su pelo estaba todo encrespado. Se protegió de la lluvia en ese tejadito, la cual no era la única.
- Por favor que no se me haya fastidiado la guitarra, por favor, por favor. - Decía por lo bajo mientras habría la funda. Una vez abierta suspiró, por suerte ni una sola gota había traspasado la funda.
-¿Se te ha mojado? - Preguntó una chica que estaba a su lado. Emily la miró y negó con la cabeza, con los desconocidos era un poco tímida. No le gustaba mucho hablar.
-Uf pues que suerte has tenido porque con este diluvio.- La chica la miraba sonriendo. Emily la respondió con otra sonrisa mientras se fijaba en cada rasgo de esa chica, era bastante mona. Su pelo corto le llegaba por encima de los hombros con un corte a escala, era castaña oscura con unos reflejos y sus ojos... sus ojos eran verdosos. Emily no paraba de mirarla, se quedaba embobada y no sabía por qué. La chica la volvió a mirar manteniendo la sonrisa.
- Vaya, la tormenta no para ¿eh? - Emily apartó la mirada para mirar al cielo.
- Ya, esperemos que acabe pronto porque mi próximo autobús es dentro de una hora.
- ¿Vas en autobús? - Emily asintió con la cabeza. ¿Es que acaso no la ha escuchado?
- A mi me agobian, tanta gente en un mismo vehículo, niños llorando, ancianas que te quitan los asientos y pervertidos que te miran de arriba a bajo. ¡Qué agobio! -  Decía medio gritando. Emily soltó una leve risa al escucharla, parecía que los tuviera fobia, como una niña pequeña.
- ¡Es verdad! No te rías cruel- Decía sonriendo a la vez que le dio un pequeño empujón.
-Perdona, perdona. Solo que no sé, eres la primera chica que me dice que la agobian que le miren.
- Me siento incómoda, solo es eso. Parece como si tuviera algo en la cara, o que tengo la cremallera del pantalón abierta. Y me da cosa.
-Bueno pero te mirarán porque eres digna de ver ¿no?
- Tampoco. Si soy digna de ver que miren discretamente, no que se me queden babeando como un perro. Ag repugnante. - Emily sonreía, era la primera vez que hablaba con una chica tan abiertamente. La verdad es que desde que llegó a esta ciudad no tuvo amigas, solo estaba Simón.Las de su clase la miraban mal por ser como era y eso nunca lo entenderá. ¿Qué más les da a la gente los gustos que tengas?
-Bueno, hay gente para todo, supongo.- La chica asintió con la cabeza suspirando. Después de eso hubo unos minutos de silencio. La lluvia seguía cayendo con fuerza y por lo que veía no parecía que hubiera otro sitio para protegerse así que tendría que esperar allí. De vez en cuando miraba a la chica de al lado la cual no paraba de mirar el reloj y suspirar. Emily no sabía que decir, se produjo como un silencio incómodo en esa zona, cosa que ella odiaba. 
- Parece que esto no para...- Dijo Emily intentando sacar un tema de conversación, ya que parecía que se tenían que quedar ahí un buen rato.
- Pues si... - Se quedo callada por un segundo mirando el reloj- Oye ¿quieres que vayamos a esa cafetería de allí? -Continúo señalando una pequeña cafetería en la esquina de la calle.
-Pero ¿no nos empaparemos?
- ¿Más de lo que estamos? -La contestó sonriendo. Emily sonrío y afirmó con la cabeza a la vez que la chica la agarró de la mano y tiró de ella corriendo por la lluvia. Emily corría con cuidado para no darle ningún golpe a la guitarra sin soltarse de su mano. Era raro que tuviera tanta confianza, parecía que se iban a llevar bien.
Una vez que llegaron al final de la calle la chica tiró de la mano de  Emily para acercarla al saliente del edificio. Estaban exhaustas y más Emily ya que hacia tiempo que no corría tanto. 
- Bueno ya .. ya hemos llegado - Decía cogiendo aire y mirando su reflejo en la ventana para colocarse el peinado. Emily asintió con la cabeza ya que no podía hablar del cansancio.
-Vaya parece que haces mucho deporte ¿eh? - Sonreía mirándola.
-Si, demasiado. 4 horas en el gimnasio al lado de la maquina emprendedora. - La chica se empezó a reír con lo que dijo y después de colocarse el pelo entró en la cafetería.
-Anda vamos ketchup. -Dijo mientras entraba.
- ¿Ke-ketchup?
- Ah si, por tu pelo. Es muy rojo, me gusta y como no me se tu nombre pues te llamaré Ketchup. -Decía sonriendo.
- Me llamo Emily -  La sonrío, tendiéndola la mano.
- Laura. Pero llámame Lar.- Decía agarrando su mano en forma de saludo. - Un placer Ketchup.- Las dos sonrieron, entrando en la cafetería. 




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