viernes, 14 de septiembre de 2012

20.# Me acordé de ti

Miles de personas en el mundo y solo ella entró en tu vida. 

¿Sabes eso que dicen que cada persona es única? Cada persona que te rodea es especial, es única, es la única que puede aportar algo en ti con un simple pestañeo. Por ser diferente, por su manera de ser, por su manera de pensar, por ser ella. Por llevar su nombre con su sonrisa.

''¿Confiarías en mi si te dijera que podría hacerte feliz? '' Palabras que llegan a su corazón lentamente. Palabras con miles de  significados y en cambio con único sentimiento.
No para de leerlo de arriba a bajo y nada. Ningún nombre, ni señal conocida, solo una simple carta en su buzón. Pero ¿por qué en su mente llega una persona? Solo podría ser él ¿no? Que ella supiera nadie conocía  a parte de él  con ese lado tan detallista, tan... romántico. ¿Qué podría hacer? 
Sentada en el sofá del salón lee la carta, una, dos y más veces. Y esta plenamente convencida que es él, así que... su única salida es ¿llamarle? 
-Vamos Emily... es él, definitivamente.- Decía acercándose al móvil, teniendo en mano la pequeña nota.Suspira antes de marcar su número y pulsa el botón verde. Los pitidos suenan, Emily estaba convencida de que ya no lo cogería. Entonces a la hora de despegarse el teléfono de la oreja, su voz suena.
- ¿Si? - Enseguida se volvió a poner el teléfono en la oreja, algo nerviosa.
- Eh.. hola. Soy yo, Emily. Que de tiempo.- Decía algo tímida.
- ¡Ah hola! Bueno no tanto, mira que nos vimos la semana pasada. Me ha alegrado que me llamarás, te extrañaba. - Por algún motivo sonrío, poniéndose algo roja.
- ¿E-enserio? No sé es que me daba un poco de corte. Osea no de corte, de corte ¿entiendes? Corte de... Bueno da igual.- Intentó cambiar de tema antes de que se hicieran un lío sus palabras y acabara diciendo algo inapropiado.Se calló por un momento escuchando como se reía al otro lado de la linea. Le encantaba esa risa.
- Te lías ¿eh?- Decía riendo levemente, mientras que ella no paraba de jugar con un mechón de pelo. Parecía como si hubieran vuelto a esos tiempos de atrás, donde se pasaban horas enteras hablando por teléfono, donde abrazaba su almohada pensando que era él mientras escuchaba su risa. Donde las preocupaciones solo eran que ponerse para el día siguiente y que beso le daría. 
-Si bueno... que escucha. Por lo que te llame era porque... - Hizo una pequeña pausa tumbándose encima de la cama, mirando al techo. Realizando una única pregunta: ¿Y si él ha sido y será el único que me podría hacer feliz? -Porque... si que confiaría.- Se produjo un pequeño silencio, llegándose a producir un silencio incómodo. - ¿E-estás?
- Si, si perdona. Pero es que estaba pensando en lo que me acabas de decir. 
- ¿Por qué?
- Bueno es que... no sé de lo que me estás hablando la verdad. - Soltó una pequeña risa, sin intentarla ofender.
-¿Cómo que no? - Emily enseguida se incorporó sentándose en la cama.- Pues te hablo de la pequeña nota en mi buzón. Esa que me mandaste.
- ¿Qué? 
- Pues eso.
- Emily creo que te equivocas... 
- ¿Cómo? - El miedo en su cuerpo aumentó por algún motivo. ¿Cómo que no había sido él? ¿Entonces quién?
- Pues eso... Yo por desgracia no sé en donde vives. Lo siento, pero no soy el que te la mandó.
- A-ah vale... - Su mirada se perdió en el infinito, pensando quién podría llegar a ser. Quién quería hacerla feliz y preguntandoselo por un pequeña nota de esa manera.
-  Y... ¿qué ponía en la nota?- Emily enseguida reaccionó e intentó hacer como si nada.
- Pues nada, era que si confiaría en él para hacerme ... - ''Feliz'' Apareció en su mente, pero su boca se lo borró.- Para hacerme la manicura.
- ¿Manicura? ¿Y por qué pensaste en mi?
- Pues.. porque eres un chistoso. Bueno tengo que colgar ya, mañana hablamos. - Sus ganas de desaparecer de esa situación aumentaban. Metió la pata y hasta el fondo, se llevó un chasco.
- Oye.. ¿ te puedo ver mañana? Me gustaría verte.- La contestó con un tono dulce.
-¿Mañana? Por la mañana ¿te vale? Es que por la tarde me reúno con uno de una discográfica.
-Perfecto. A las 12
- Perfecto. Bueno pues hasta mañana. 
- Hasta mañana Pelirroja. Te quiero. -Sonrió con sus últimas dos palabras
- Y yo... - Dijo por lo bajo. Enseguida colgó mientras que los dos sonrieron, él por sus palabras y ella por no saber hacer otra cosa. 
Se tumbó de nuevo en la cama boca arriba, observando el techo. Observando como se ilusionó con una nota, como se ilusionó pensando que había sido él, Simón. Pensando que él podría hacerla feliz, recordando cada año. Los minutos pasaban, hasta que se convirtió en horas. Preguntándose... preguntándose cómo pudo existir el destino, quién lo pudo crear y cómo puede llegar a unir a personas tan separadas, tan diferentes.

'' -Oye… ¿te gustaría bailar ?
- Pero si no hay música.
- Tengo el móvil, bailemos como en la película. Tú y yo bajo la lluvia, ahora que no pasa ningún coche.
- No hay lluvia, además ¿y si nos atropellan?
–Nunca permitiré que te pase nada malo. Usa la imaginación Emily, piensa que estamos tú y yo solos en este mundo y que está lloviendo...Solo quiero que me quieras como yo te quiero, mi princesa.

- Si es un sueño no quiero despertar...
–No despiertes mi princesa, sigue soñando. ''

Lentamente y sin que se diera cuenta, estaba recordando los viejos tiempos, los años vividos, recordando todo lo que habían sido,los dos. Recordándolo con lágrimas en su rostro. 
- No quise despertar nunca... y desperté. ¿Por qué? Me prometiste que no permitirías que me pasara nada malo... - Decía entre sollozos, abrazando lentamente a la almohada. - ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué cogiste ese tren? Y.. y ¿por qué yo intenté olvidarme de ti y no pude esperarte? - Sus lágrimas aumentaban, protegiendo su rostro entre la almohada. -Te amo, idiota. Te amo, te amo, te amo. Fui tonta, por acabar así. Fui tonta por pensar que nuestras promesas se cumplirían, por pensar que sería tu única princesa, tu única compañera. Fui tonta...Por creer en ti. 






-Pero... ahí es cuando me puedo dar cuenta de que si no te hubiera conocido no sé que hubiera pasado conmigo, no sé que hubiera sido de mi, de ti. De nuestra felicidad. Ahí es cuando me doy cuenta de que siempre has sido lo más importante para mi y lo seguirás siendo. Aunque intente olvidarte, aunque te alejes de mi, aunque nos separe la distancia. Siempre estaré unida a ti, porque... por alguna razón nos hemos encontrado ¿no?


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